Por fascitis plantar se entiende a la inflamación aguda de la aponeurosis plantar del pie, que es un tejido elástico situado entre el calcáneo y la cabeza de los metatarsianos. Una de las funciones de esta fascia es mantener la estructura de la bóveda plantar durante la marcha, evitando un excesivo hundimiento al tensarse en el momento del apoyo del pie en el suelo.
Cuando la fascia se tensa en exceso puede dar lugar a que aparezcan síntomas de dolor al caminar, sobre todo en los primeros pasos y siendo característico un dolor muy agudo en la planta del pie al levantarse por la mañana de la cama.
La fascia plantar forma parte de la cadena miofascial posterior, es decir, es continuación del tendón de Aquiles y aponeurosis del gemelo y sóleo e isquiotibiales. Una tensión excesiva o sobrecarga muscular a este nivel puede repercutir a distancia en la planta del pie.
También alteraciones o bloqueos articulares de la articulación subastragalina o de los metatarsianos del pie pueden influir en la patología por ser zona de inserción directa de las fascia.
Otra causa puede ser la alteración funcional de alguna estructura visceral con una inervación común a la fascia o zona de gemelos, teniendo que tener en cuenta pues que alteraciones en la vejiga, intestino o útero pueden influir.
Los riñones son también un punto clave a tener en cuenta, ya que forman parte de la cadena posterior anteriormente mencionada.
Un tratamiento global de las estructuras que estén afectadas por un osteópata profesional incida sobre la fascia plantar, resulta la solución más rápida y eficaz del problema, evitando a su vez recidivas o recaídas a posteriori.